Estudiar ingeniería, una decisión que cambió mi vida

Por: María Daniela Verduzco Gómez
Cuando me tocó elegir la carrera universitaria estaba muy confundida. No tenía ni la menor idea de qué quería estudiar porque estaba interesada en muchísimas cosas al mismo tiempo. Estaba entre neurociencias, ingeniería en robótica, medicina, diseño gráfico, artes e ingeniería bioquímica. Por artes del destino y de muchas decisiones en cadena, terminé estudiando Ingeniería y es una decisión de la cual no me arrepiento.
Mi camino en la ingeniería es algo curioso, comencé en Ingeniería en Sistemas Computacionales y después me cambié a Ingeniería Mecatrónica. A ambas carreras les tengo un cariño especial por todo lo que he aprendido con ellas.
Elegí Ingeniería en Sistemas por todo lo que me podía ofrecer y lo flexible que era. Uno de mis pasatiempos favoritos es viajar y, al tener la puerta abierta a poder trabajar en línea, sabía que podía tener un trabajo que me permitiera estar en cualquier parte del mundo sin la limitante de estar todo el día en una oficina.
En mis primeras clases en Sistemas estaba a la expectativa porque no sabía del todo qué era lo que iba a aprender o si iba a estar a la altura de la exigencia y, mientras iba pasado el tiempo me di cuenta que me divertía mucho programar y pensar en la lógica para que la computadora entendiera qué era lo que yo quería que hiciera. Una vez que entendí las bases, se abrió un mundo de posibilidades. Si seguía aprendiendo a programar, en algunos años iba a ser capaz de crear una página web, una aplicación o un software y utilizar la inteligencia artificial como herramienta para poder ayudar de alguna manera a las personas en su día a día. Pensar en eso me emocionaba, pero sentía que me hacía falta algo más.
Fue entonces cuando, investigando un poco y viendo los proyectos de los chicos que estaban en Mecatrónica me di cuenta de que tal vez me faltaba la parte de ensamblar y de manipular dispositivos electrónicos. Después de darle muchas vueltas al asunto, tomé la decisión de cambiarme de Ingeniería.
La transición no fue sencilla, al principio me costó adaptarme a la nueva ingeniería. Nunca había programado en Arduino (un software que te permite programar ciertos objetos) y tardé un rato en comprender la lógica. Cuando por fin entendí el proceso, me entretuve utilizando todo tipo de sensores para que hicieran determinadas cosas. Con un profesor aprendimos a utilizar interfaces y fue increíble. El primer proyecto que me maravilló fue hacer un carrito a escala que se podía controlar con la computadora. Tenía el velocímetro, el tacómetro, las luces del auto, un sensor de lluvia para que se activaran los parabrisas, un sistema que detectaba si las puertas del auto estaban abiertas o cerradas e incluso podíamos poner nuestra propia música. Nos costó sacar ese proyecto, pero cuando estuvo terminado valió completamente la pena.
Hasta hace poco no me fascinaban las materias de matemáticas y física, pero tuve la fortuna de tener profesores que sabían explicar los temas de forma sencilla y que eran muy pacientes conmigo porque hacía muchísimas preguntas. Además, con práctica constante y un esfuerzo extra, comencé a encontrarle el gusto a la resolución de problemas y a sentirme mucho más segura con los procedimientos que realizaba.
Todavía me faltan dos años para terminar la carrera, pero hasta el día de hoy puedo decir que me encanta la ingeniería. Descubrí que puedo especializarme en biomédica, algo que me llama mucho la atención. Poder diseñar prótesis, interfaces cerebro-computadora, órganos artificiales o exoesqueletos, es una poderosa forma de aplicar la técnica al servicio de la vida.
Además, descubrí que puedo mezclar mi carrera con diseño, otra de mis pasiones. En muchos de los proyectos que he realizado durante la carrera, ha sido necesario usar mis habilidades como diseñadora para las interfaces de los programas que hemos hecho y para realizar impresiones en 3D es necesario diseñar las piezas a imprimir.
Así que, en definitiva, me siento plenamente satisfecha con mi elección profesional. Estoy inmensamente emocionada por seguir aprendiendo y descubrir hasta dónde puedo llegar con esta carrera que me permite innovar y crear en múltiples frentes.