Sylvia Earle, su majestad de las profundidades

Por: César Amando Chávez Mendoza
Es posible que muchas de las personas que nos leen, no tengan tan claro el nombre de Sylvia Earle, pero su legado en la investigación marina y la conservación de los océanos es colosal, siendo su trabajo fundamental para comprender cómo las actividades humanas —eso que se denomina rimbombantemente como “impacto antropogénico”— han transformado nuestros ecosistemas marinos, muchas veces de forma irreversible.
Earle es bióloga marina, oceanógrafa, exploradora y pionera en un campo dominado históricamente por hombres. Obtuvo su doctorado en Ficología (el estudio de las algas) en 1965 con una tesis titulada “A Survey of Benthic Marine Algae in Selected Areas of the Gulf of Mexico”, centrada en las algas que crecen adheridas al fondo del mar, conocidas como algas bentónicas. Sin embargo, su trayectoria estuvo marcada desde el inicio por múltiples obstáculos, tanto estructurales como de género, que no impidieron que desarrollara una carrera sobresaliente.
Una vida entre profundidades y ciencia
Gracias a su tenacidad y profundo amor por los océanos, Earle se convirtió en una de las primeras mujeres en liderar investigaciones de buceo profundo, combinando la exploración oceánica con la investigación científica. A la fecha ha dirigido más de 100 expediciones científicas, pasado más de 7,000 horas bajo el agua, en misiones muchas veces patrocinadas por National Geographic, que a la postre le daría el apodo de “Su majestad de las profundidades”.
Sin embargo, su legado no termina en el campo científico, ella también es una activista incansable por la defensa de los océanos, desde un enfoque de conservación basado en evidencia científica, participación comunitaria de los pueblos originarios y la construcción de alianzas de cooperación internacional.
¿Qué son los Hope Spots?
Uno de sus mayores aportes ha sido la creación de la iniciativa Mission Blue, una organización que impulsa la conservación de los océanos mediante la identificación de los llamados Hope Spots o Puntos de Esperanza. Estas áreas marinas han sido señaladas por su importancia ecológica, biodiversidad y valor cultural, y su conservación se considera esencial para la salud del océano global.
Los Hope Spots no son seleccionados de forma arbitraria: son propuestos por científicos, organizaciones locales y comunidades indígenas, con base en décadas de investigación. Su objetivo es contribuir al cumplimiento del Objetivo de Desarrollo Sostenible 14 (ODS 14), que propone conservar al menos el 30% de los océanos para el año 2030, promoviendo un uso sostenible de sus recursos y servicios ambientales (Naciones Unidas, 2023).
Entre los Hope Spots más célebres se encuentran las Islas Galápagos en Ecuador, el Mar de los Sargazos en el Atlántico norte y el Archipiélago de Revillagigedo en nuestro país, considerado un tesoro de biodiversidad marina frente a las costas de Colima.
Más que ciencia: una lucha global por el futuro azul
Además de su relevancia ambiental, los Hope Spots representan un modelo de gestión participativa y de defensa de los derechos de los pueblos originarios, quienes muchas veces son los guardianes históricos de estas zonas. Sylvia Earle ha insistido en que no podemos proteger los océanos si no reconocemos la sabiduría y el papel activo de estas comunidades.
Estos esfuerzos también nos permiten comprender mejor las amenazas planetarias como la sobrepesca, la contaminación por plásticos y el cambio climático. La ciencia por sí sola no basta: es necesario tejer alianzas entre gobiernos, empresas, universidades y ciudadanos para lograr una verdadera transformación.
Un llamado desde las profundidades
En 1998, la revista Time nombró a Sylvia Earle como “Heroína del Planeta”. Su historia y su visión pueden conocerse en el documental Mission Blue (2014), disponible en Netflix, que retrata su vida, sus descubrimientos y sus advertencias urgentes sobre el deterioro del océano y hoy, en el marco del 8 de junio, Día Mundial de los Océanos —proclamada por la ONU desde 2008—, recordamos una de sus frases más poderosas: “No podemos vivir en un planeta muerto, pero podemos salvar uno vivo.”, por ello, proteger los océanos no es solo una cuestión ambiental, es una decisión sobre nuestro propio futuro.
Algunos puntos sobre los océanos
- Son el principal regulador del clima en la tierra.
- Absorben aproximadamente el 30% del CO₂ que emitimos.
- Albergan al 80% de la biodiversidad del planeta.
- Son el sustento (alimento y empleo) de más de 3.000 millones de personas.
- Sin ellos, simplemente no es posible la vida en este planeta.
Referencias
- Earle, S. A. (1965). A survey of benthic marine algae in selected areas of the Gulf of Mexico (Doctoral dissertation, Duke University).
- Mission Blue. (s.f.). Hope Spots. https://mission-blue.org/hope-spots/
- Naciones Unidas. (2023). Objetivo 14: Conservar y utilizar sosteniblemente los océanos, los mares y los recursos marinos. https://www.un.org/sustainabledevelopment/es/oceans/
- Naciones Unidas. (s.f.). Día Mundial de los Océanos, 8 de junio. https://www.un.org/es/observances/oceans-day
- Netflix. (2014). Mission Blue [Documental]. Dirigido por Fisher Stevens y Robert Nixon.
- Time Magazine. (1998). Heroes of the Planet: Sylvia Earle. https://content.time.com/time/magazine/article/0,9171,988028,00.html